Con motivo de la tradición católica denominada Viernes Santo, el papa Francisco presidió, sin feligreses, el Viacrucis dentro de la Basílica de San Pedro, que normalmente se lleva a cabo en el Coliseo de Roma.
En la ceremonia estuvieron presentes 14 personas, entre ellas: cinco detenidos de una prisión de Padua, una familia víctima del delito de homicidio, la hija de un hombre condenado a cadena perpetua, la madre de una persona detenida, un sacerdote absuelto, tras un proceso de ocho años, entre otros.
Los asistentes acompañaron al papa a “recorrer las 14 estaciones del Viacrucis, comenzando por el obelisco que está en medio de la Plaza de San Pedro, hasta llegar al atrio”, en alusión a las 14 estaciones que “recorrió Jesús desde pretorio hasta el Monte Calvario”.
De acuerdo con el Vaticano, este año el Viacrucis fue en memoria de todas las personas presas, por lo que las oraciones del día fueron escritas por los acompañantes de Francisco, quien destacó: “que en el silencio de las prisiones la voz de uno desea convertirse en la voz de todos”.
De acuerdo con Vatican News, al terminar las estaciones el papa impartió una bendición apostólica a todos los fieles que seguían la ceremonia a través de sus computadoras, como lo hiciera por primera vez el 27 de marzo, al enviar a todo el mundo la indulgencia plenaria vía remota.
Ante la crisis sanitaria que el mundo atraviesa por la pandemia del COVID-19, una vez más la Iglesia católica cambió una de sus tradiciones más importantes. Por primera vez, desde 1964 el máximo jerarca de esta iglesia no asistió al Coliseo de Roma para conmemorar, entre miles de creyentes, uno de los días más importantes de la Semana Santa.